Bueno el contendio de esto son mis desvarios, tropezones, alucinacion y (pocaS) cosas cuerdas que digo, esrcibo o pienso.

sábado, julio 26, 2008

ReVoLuCiOn ChInA


La china y yo nunca tuvimos una foto juntos. Alguna vez intentamos armar algo que se pareciera a un álbum familiar. Pero se quedó en blanco.

Hoy, después de dos años, he vuelto a casa. Encima de los muebles se han creado desiertos parecidos al sahara. El polvo no perdona la ausencia. He dejado la maleta, que contiene unos cuantos polos y unos jeans deteriorados, sobre el piso. Me he dirigido al cuarto. Contando mis pasos. Como cuando recorría los pasillos de esa carcel que olía a desagüe sin filtro. He abierto la puerta. Ha sido difícil, ya que la cerradura estaba muy dura. El tiempo no perdona ni al mas resistente, pienso. Me he sentado sobre la cama a contar los años mejores. Algo estorbaba debajo de mis pies y me he agachado a recogerlo. Es una caja que fue roja en algún momento, pero ahora es guinda por el descuido. La he abierto y encontrado el álbum de fotos que alguna vez pensamos llenar con fotos de la china y mías. Está en blanco. Como la hoja de vida que en ese momento pensaba comenzar a escribir. Pero cada pagina de ese álbum me trae el cuerpo de la china y su obsesión por la literatura francesa. Y conocer París. Siempre soñamos con viajar juntos y asentarnos por allá. La China nunca pudo esperarme. y la entiendo.

Recuerdo el ultimo día que la vi. Le di un beso en la frente y le dije "Es la ultima vez, te lo prometo, la ultima; no lo hago más. Después de esta, podremos ir a conocer la torre eifel como siempre quisiste". Le agarre las manos y ella me las apretó fuerte, como quien presiente una despedida. Dos lágrimas se asomaron por sus ojos para observarnos en ese momento único. Último. Sublime. Dibujé una sonrisa mal hecha en el rostro y deje caer sus manos sobre la nada. Dí media suelta y corrí. En la esquina, paré. La miré. Estaba inmovil, entregada al destino. Seguí corriendo pero con la mirada hacia ella. Y veía como se iba perdiendo entre la ciudad y la noche.

La china no pudo esperarme. Se fue, simplemente se fue. Sin dejar explicación alguna, sin esos post-it que pegaba por toda la casa para no olvidar frases, filosofías de vida. Solo cogió sus cosas y cogió el primer transporte a un lugar mejor; sin sobresaltos.

No pude resistir la barricada policial. Al comienzo fue fácil esquivar las bombas lacrimógenas y contrarrestar con piedras, palos y cánticos. Así, poco a poco fuimos avanzando hacia el palacio de gobierno. Creíamos que la revolución andaba cerca. Por fin se acabaría el clasismo, la desigualdad y la falta de un reparto justo de riquezas.

Pasaron cuatro días desde el encierro y la china me fue a visitar. Pensé que nunca llegaría. Que me lo merecía por ser así. Por no hacerle caso al presagio que tuvo aquella mañana y me imploro que no fuera. Llegó con los ojos hinchados. Me dijo que había tenido una crisis de alergia. Siempre quiso mostrarse muy fuerte ante estas cosas. No le creí. No supe que decirle. Me sentía muy avergonzado. Sentía que no había podido cumplir con mi palabra de regresar sano y salvo. Es visita fue casi un monologo. Al acabar. Me entrego un libro de Savater "El valor de elegir" y se marcho. Era su forma de despedirse. Lo sabia pero no quise asumirlo.

Las siguientes semanas , cuando llamaban a todos para visitas yo me queda deambulando en el patio, fumando un cigarrillo con el libro que la china me entregó; bajo el brazo. Pero era en vano nunca llegó.

La policía comenzó a disparar petardos y balas de salva. Todos corrimos despavoridos dando la retirada. El sueño de la revolución era aplacado por policías que nos superaban 5 veces en numero armados hasta los dientes. Una señora cayó. Y me detuve. Nadie corrió a auxiliarla. Todos corrían para salvar sus sueños, sus vidas proyectadas en familia y en cómodos sofás reclinables. Tomé un gran trago de aire y corrí hacia ella. La levante y le dije que corriera. Me quede parado esperando a los guardias, mientras dejaba tiempo a que la señora escape. Me cayeron como mil uniformados encima.
Desperté en la clínica del reclusorio. Había sufrido fractura multiple del brazo. El cual ya lucia enyesado. Fue un problema tomar mis huellas. Desde ese momento hasta hoy. Han pasado dos años.

China se que no pudiste esperar. Pensaste que la torre eifel se caería.O la magia de esa Francia literaria se acabaría en cualquier instante, y no podías morir sin vivirla. Te entiendo China. Te deje de lado. Solo quise cambiar el mundo para que seas mas feliz en él. Te falle, china, Te falle. Ahora solo me queda este álbum en blanco que guardo en la cajita roja, donde se quedaron todos nuestros sueños de común denominador.