
Martes.
Hoy la vi, caminando por la calle. Radiante, desprendiendo estelas de luz de las extremidades de su cuerpo. Su ojos se volcaron sobre mi y emergiendo de entre la multitud que la rodeaba corrió a mi alcance. Tomo mi mano. Mi piel rozando la suya. El momento mas sublime que se pueda soñar.
Me llevo a volar, lejos de esta ciudad; llena de edificios sin rostro e insensibilidad encementada. A un lugar donde nacen los sueños. Donde las princesas, como ella, se alimentan del sol.
El grito de la tarde la desprendió de mi mano y me dejo caer. Ella había desaparecido, dejando una estela de perfume a su paso.
Martes mas tarde
Cada vez que la recuerdo, caminando, sonriendo, hablándome; se dibuja una sonrisa en mi rostro, la cual no puede desprenderse de mis labios, después de un largo tiempo.
Aún no comprendo lo que esta pasando.
1 comentario:
el recuerdo nos acompaña
y si es con una sonrisa
mejor
salud(os)
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