Bueno el contendio de esto son mis desvarios, tropezones, alucinacion y (pocaS) cosas cuerdas que digo, esrcibo o pienso.

martes, octubre 11, 2005

CaNeLa OnIRiCa

Ese sabado fuì a bailar contigo, pero olias a sueño y solo te vì dormir, envuelta en tus esperanza, cubriendo tu cuerpo con ese encanto tan sublime que tienes. Nos quedamos abrazados esperando a que el sol venga y nos diga que ya era hora despertar y que las estrellas habìan ido de compras por algùn lado y se demorarìan eternidades, detallistas como todas las mujeres. En ello radica su belleza.

Te ofrecì cuatro tablas atravezadas por dos mas. Un colchon raìdo por el tiempo; es que el dinero no alcanzaba para darte uno mejor. Y una frazada, verde como la esperanza que aun guardo en mi pecho , al costadito de este corazon que aun me da problemas.

Me miraste y no atinaste a pronunciar palabra, solo sonresite y te tiraste sobre lo ofrecido. tu sonrisa me congelò los movimientos y me quedè parado al pie de la cama, observando como te acomodabas y te recocigabas de tener un lugar donde explayar tus castillos de nubes y sueños multicolor.

"Te vas a quedar parado"-dijsite-"hechate a mi lado". Me destrozaste en mil pedazos y mis sentidos no reaccionaron. Mis musculos, forzados por el entusiasmo, cedieron y se arroparon junto a ti.

Me hablaste de mil cosas que ahora no recuerdo, por que solo tu mirada bastaba para sentirme sosegado.

Tu espalda cubrìa de sublimes encantos , ese colchon maltratado que tantas veces recibio mis vertebras solitarias y encorvadas , heladas por el frio de esta ciudad, que poco a poco empiezo a soportar.

Cerraste los ojos y te entregaste a mundos insospechados, donde no tenia permitida la entrada.

Me erigì en guardian de la entrada de las cuencas que reciben tus globos oculares y espante a los oscuros y pretenciosos sueños que querian apoderarse de ellas. Una leve sonrisa se dibujaba en tu rostro , la cual alumbraba la lobrega habitacion en la cual te tenia paciente.

Los primero rayos del sol se asomaron por la vieja y experimetada ventada, la cual a visto varias mujeres ingresar a estas cuatro paredes. Levantaste los parpados y mostraste tus pupilas, dejandome entrar en el fondo de tu corazon. "Hola- dijsite-dormiste bien". Te asentì con la mirada. Luego pasamos la tarde conversando de cosas que se convierten en nimiedades en comparacion de tenerte junto a mì una noche.

Hablamos de kubrick, practicamos yoga y discutimos sobre la belleza de algunas obras de arte, que era minima comparada a la de tus ojos.

Miraste el reloj, que con suerte anda, colgado de la pared. Eran las Seis. "Me tengo que ir" expresaste, dejando translucir un poco de tristeza en la expresiòn. Con la misma tristeza de tus palabras, te acompañe al bus que te llevaria lejos de mi fantasia ,al lugar donde te esperaban otros de tu misma sangre, dejandome tan solo como siempre ,en mis lobregos cuarteles.

No quisiste dejarme y lo sentì en tu abrazo. Yo tampoco quise hacerlo pero teniamos que tener un pretexto para extrañarnos. Te solte como quien deja una bolsa llena de monedas. Te perdiste en la multitud de pasajeros y ese enorme animal de lata y neumaticos te llevo hacia un punto blanco imperceptible.

Ahora camino con el viento entre las manos , como unica compañia, mirando las vitrinas del nuevo centro comercial que han construido por casa. Me reconocì en una de ellas. Encontre el motivo por el cual no volveras. Es que aceptarse desgraciado es dificil. Me refriego los ojos y levanto la cabeza, camino acelerado. Es casi la hora pactada y la soledad me espera algo molesta en la esquina donde siempre acordamos cuando ella es la unica dispuesta a conversar y abrazarme.

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